¿Hay algo más irritante que no poder continuar el trabajo porque hay un tornillo que no se puede aflojar? Por muy comprensible que sea el impulso de emplear la fuerza bruta, ¡no lo haga! Son pocas las veces que se consigue aflojar un tornillo atascado usando la fuerza. Más bien todo lo contrario: puede que acabe con un problema aún mayor, como una cabeza de tornillo cizallada o deformada. Afortunadamente existen métodos más eficaces para aflojar los tornillos más testarudos. ¡Aquí los compartimos con usted!